Ya está cerca el 15 de septiembre el día de“La Independencia”, la verdad que para mi hasta celebrarlo podría generar unos cuantos chistes sarcásticos (ya ven que no me gusta) de mi parte, por supuesto acompañado de un buen pozole pero jamás rindiéndole culto a ese imbécil que tengo como presidente, que está vendiendo a diestra y siniestra mi país, tendremos alguna vez una segunda “independencia”?, de verdad habrá algunos valientes que la busquen? Yo lo veo bastante lejano, la corrupción nos está hundiendo más que nunca, inclusive si las deformas energética o laboral o educativa o fiscal fueran buenas (que no lo son ni en teoría), jamás podrían operarse correctamente porque la gente no seguirá los reglamentos, porque hay impunidad porque “con dinero baila el perro”.
Con este antecedente, como podría yo pensar en un puñado de mexicanos que sean honestos, valientes, trabajadores, que realmente vean por el bienestar del pueblo, que luchen por salarios justos, por empleos con prestaciones, para no brindarle mi país a los extranjeros en charola de plata, me es difícil pensar en ello, me es difícil visualizarlo. Mi impotencia me impide ver un camino luminoso para mi nación, mi indignación ante tantos abusos, despilfarros, saqueos, me genera literalmente “ataques de nervios”. Me he preguntado muchas veces, si estos “bastardos” realmente creen todo lo que dicen, si lo harán de buena fe realmente creyendo que es lo mejor para México, luego reacciono y digo naaaa!!!
Este 15 de septiembre voy a llorar mucho de tristeza, (aunque con la panza llena, lo que muchos mexicanos no podrían decir), lloraré cuando vea el Zócalo lleno de ciudadanos idiotizados por las novelas, el futbol, los chismes de la farandula, y el nuevo modelito de la Gaviota, lloraré porque no me veo con trabajo en un tiempo razonable, lloraré porque el dinero que hay, tendré estirarlo más que si fuera plastilina, lloraré porque me generan nervios las noticias de Aristegui, lloraré porque “Dóriga de Peña”, me mantendrá en el limbo informativo al igual que a miles de millones de personas, lloraré porque Slim, Azcarraga, Salinas Pliego, cada minuto ganan lo que un obrero en un mes, lloraré porque mis doctores y enfermeras trabajan en condiciones laborales inhumanas, lloraré porque “Don Copetes” tiene un avión nuevo y yo no tengo ni un pinche bocho, lloraré por que los senadores y diputados despilfarran nuestro dinero como si lo hubieran ganado, lloraré por que la “fantasía” en la que viven los gobernantes, a los ciudadanos nos da un “puñetazo” en la cara en forma de realidad a cada momento, lloraré porque no reaccionamos, porque no nos importa, porque nadie se permite reflexionar al respecto.
Todos aventamos madres del gobierno (así como yo, igualito). Pero cuando buscamos ser mejores padres, hijos, amigos, hermanos, compañeros de trabajo? Cuando buscamos ayudar al vecino, al empleado, al prestados de servicios honesto? Nuestro país jamás será nada mientras no nos esforcemos individualmente, mientras no mejoremos junto con nuestro entorno, mientras nos robemos el lápiz o saquemos copias a nuestro hijos de la oficina porque no nos cuesta, mientras no le enseñemos a nuestros hijos a respetar la naturaleza, a los animales, a los ancianos, porque no matar a alguien con un cuchillo no quiere decir que no estén matando de hambre, de necesidad, de desesperación al pueblo.
Por eso mi “15 de septiembre”será realmente el más triste que he vivido en toda mi vida, porque mi falta de consciencia me hacia feliz, porque no había vivido la necesidad que vivo ahora, por eso no será un día festivo como recordaba de niña con todo ese orgullo por México que se saboreaba en el aire, con esos colores, con las trenzas que me hacia mi tía Bertha (como diez veces en un ratito), con los rebozos colorados, con las serpentinas, los cuetes y la espuma, este día solo comeré pozole (pues hay que cenar, no?), y recordare cuando mi conciencia sobre estos asuntos estaba dormida con mucha nostalgia, mis nervios no estarían alterados de esta forma... No sería tan pesimista al ver como todos luchamos por sobrevivir cada día mientras en las "altas esferas" se regodean con nuestra desgracia, con nuestra necesidad, indicando que "es lo mejor para México", mientras se llenan los bolsillos con nuestra ignorancia, por eso ese día procurare no recordar haciendo de cuenta que mi vida es más simple, más sencilla, con menos análisis y más inconsciencia, como cuando mi tía me hacia mis trenzas.